Los materiales cerámicos son compuestos químicos o soluciones complejas, que contienen elementos metálicos y no metálicos. Las aplicaciones varían desde cemento, fabricación de ladrillos y azulejos, utensilios de cocina, hasta vidrio, materiales, imanes, dispositivos eléctricos, fibras y abrasivos. Los materiales cerámicos por lo general son duros, frágiles, con un alto punto de fusión, tienen baja conductividad eléctrica y térmica, buena estabilidad química y térmica, y elevada resistencia a la compresión. Sin embargo, a veces constituyen un enigma, pues aunque de hecho son frágiles, algunos compuestos con matriz cerámica tienen valores de tenacidad a la fractura superiores a los de algunos metales. Su fragilidad, y los defectos que inevitablemente presentan en la estructura pueden hacer que el material falle por su fragilidad, que el tamaño y el número de las imperfecciones difieren en cada pieza cerámica individual y que las propiedades mecánicas sólo pueden describirse de manera estadística. Por estas razones, el comportamiento mecánico de los materiales cerámicos es menos predecible que el de los metales, por esta característica, su uso en aplicaciones críticas de alta resistencia es muy limitado. 

Los materiales cerámicos no cristalinos más importantes son los vidrios. Un vidrio es un material sólido que se ha endurecido y vuelto rígido sin cristalizar.

Las etapas básicas en la fabricación de productos cerámicos son : mezclado de materias primas (pueden ser arcilla, minerales...), conformación, moldeo, secado, cocción. Según las condiciones de cocción se obtienen vidrios, porcelanas, cemento, ladrillos, terracota.